Te lo dice Alexandra. Desde la preparatoria supo que era poliamórosa, aun muchos años antes de que se popularizara la palabra. Ale aceptó contar su historia y compatir sus experiencias con Algo. Hoy empieza con la pregunta que más le hacen: ¿Cómo manejas los celos?
Ale tiene como 35 años, vive en México, es artista, estuvo casada cinco años. Se divorció. Siempre supo que no podía conformarse con el modelo dominante de la monogamia. “Hay una manera aceptada de enamorarnos. Pero somos humanos, somos bien complicados. Somos únicos. Así que no hay que seguir una ecuación, haz tu propia ecuación”.
Mientras hablamos en un café de la Nápoles, se escucha un canción romántica de Luis Miguel. Ale lleva puesta una playera que proclama: “Goza y haz gozar, sin hacer daño a nadie, ni a tu propia persona”.

Se acerca el mesero: ¿Todo bien?.
Sí, todo bien, gracias. Hablamos pues del poliamor. Siempre hubo unos rebeldes que cuestionaron los fundamentos de la monogamia consagrada por las religiones monoteísta, y luego por el Código civil. Mira, por ejemplo, otra mujer llamada Alejandra. Una figura feminista tan fascinante como poco conocida: la rusa Alexandra Kollontai. Pasó a la historia por ser una de las pocas mujeres que tuvieron un rol relevante en la Revolución bolchevique. Fue la primera mujer embajadora de la historia (representó a la Unión soviética en México en 1927).
Además de sus labores diplomáticas, la Kollontai publicó un texto llamado ¡Abran paso al eros alado! o sea una carta sobre el amor y el sexo en la nueva sociedad comunista, dirigida a la juventud trabajadora y revolucionaria.
https://www.marxists.org/espanol/kollontai/1923/0001.htm
Siempre la “Humanidad”, el “patriarcado” y la “sociedad burguesa” establecieron reglas que regularon no solamente las relaciones sexuales, sino también los sentimientos amorosos”, constata, con razón, la Kollontai en esta carta escrita en 1923 pero que suena muy vigente (si le quitas la jerga ideológica de la época). Defiende en esta carta “el ideal de amor-camaradería” para reemplazar “el exclusivo y absorbente amor conyugal de la moral burguesa”. Este nuevo amor no pretende llegar a “la posesión absoluta del corazón y el alma del ser amado”. O sea una moral casi libertaria, todo lo contrario del totalitarismo de Stalin en las décadas siguientes.
Pero habrá que esperar los años 90 para que se acuñe la palabra poliamor, reconocida en el 2006 por el diccionario.
Volvemos a la pregunta: ¿cómo manejas tus celos? Alejandra sonríe (la de la entrevista de hoy, no la embajadora soviética): “Yo puedo decir igual, al revés, a los monógamos: ¿qué haces con tus celos? ¿qué haces con tus deseos? Sufren, engañan y rompen. El 50 por ciento de las relaciones no funcionan”.
Los celos, entonces. “Primero, la autoestima”, nos dice Alejandra. En resumen: si tu pareja lo está pasando bien con otra persona, eso no tiene que ver contigo. “Entonces, con la autoestima, tienes que reconocer que cuando tu pareja está feliz con alguien más, no tiene que ver contigo. No es culpa tuya. Tu pareja está pensando en si misma. No está pensando en lastimarte porque te odia”.
Y eso está difícil, reconoce Alejandra que lo está experimentando en carne propia. “Necesitas trabajo”. Nos cuenta que ella misma, empezó a salir con un chico que “hace contenidos para adultos”, o sea, está rodeado de mujeres. “Y a veces pienso que yo lo quiero para mí misma. Soy humana…”, nos confiesa.
Afortunadamente al final de su día laboral, el chico le manda mensajes muy cariñosos y ella se siente muy feliz. Y le responde que va a tener un trio mientras él está ausente. Dejó de cantar Luis Miguel. Me enseña Alejandra el Whatsapp de un ex novio suyo que también le está contando de su trio. “Me encanta que mis amantes esten felices”. El mesero nos dice que el café está a punto de cerrar.